- TÍTULO: Gran Torino.
- DIRECTOR: Clint Eastwood.
- GUIÓN: Dave Johannson y Nick Schenk.
- REPARTO: Clint Eastwood, Bee Vang.
- PAÍS DE PROCEDENCIA: Estados Unidos.
- AÑO: 2009.
- DURACIÓN: 116 minutos.
SINOPSIS
Walter Kowalski, un excombatiente de la guerra de Corea, sigue viviendo tras la muerte de su mujer en la antigua casa de ambos en medio de un barrio de inmigrantes en el que reina el desorden. A causa de su forma de imponer la justicia, queda unido a sus vecinos Hmong; al joven Thao Vang Lor y Sue. Un vínculo a través del cual se va desarrollando toda la película.
CLINT EASTWOOD, EL PRODUCTO DE UN SOLITARIO MUY CLÁSICO
Una vez más, Clint Eastwood traza las líneas de una historia humana a través de un viejo solitario que ya nada tiene que ver con su familia en este mundo. Comienza desarrollándolo a partir de la extraordinaria expresión en la dureza de facciones, en el silencio sepulcral de su compañía roto por agrias palabras de un desesperado incomprendido. No es nuevo el rechazo de los lazos de sangre por parte del director, ni nueva la perspectiva sombría de una vida encerrada en casa funcionando siempre conforme a la misma rutina. Frente a él está el mundo: la irresponsabilidad adolescente y la falta de respeto a la experiencia de una vida así como a la dignidad de sus mayores representada por los siempre despreciables nietos Kowalski, la elaboración de una vida diferente muy lejos de él, de sus hijos y la imbricación de todo un entramado de tribu urbana personificado en la banda del primo de Thao, pero con alguna otra referencia directa- último rasgo que ya ha plasmado en films como el de Mystic River.
LA JUSTICIA COMO FORMA DE VIDA
No se puede escapar el aspecto del sentido del film, el nexo de unión que permanece constante y que se utiliza como punto de referencia ante las diferentes situaciones que se dan. Y es que en un film están todas aquellas cosas que se pueden ver, tocar, saborear desde el otro lado de la pantalla, pero el segundo plano de desarrollo que debe de acometer un director no es menos importante y dificultoso en tanto que no se ve ni se toca ni se puede modificar con facilidad. Me refiero a la dimensión ideológica: lo que se extrae de la unión de todo sin el todo mismo. Es la justicia la idea que pervive en todo momento, en cuyo nombre, Walter Kowalski es su máximo exponente y aplicador práctico, pero todos son sus referentes directos.
No es justo que Walter se quede solo en casa, no es justo que el cura insista todos los días en la redención de este viejo irreductible, no es justo que Thao acabe metido en una vida de delincuencia porque no tenga personalidad, no es justo que los macarras Hmong campen a sus anchas ni dejar a Thao que cargue con el peso de matar a causa de lo que tienta a hacer la inexperiencia que bebe de un romanticismo y una pasión que no conoce la serenidad de un viejo sabueso militar. Hasta el final se construye en clave de esta dirección general como si se tratara de un mensaje a sí mismo y a todo el que le esté escuchando por parte de Eastwood: siempre nos quedará la justicia. Es una afirmación cuando menos alentadora, creo yo.
Gran Torino
¿Qué hace el nombre de un coche en el título de una película? El Ford Gran Torino es uno de esos coches al que sus dueños le sacan lustre en el patio para verlo sentados desde su porche, eso está claro; uno de esos coches que va pasando los años sin moverse del sitio- recordemos que Kowalski se mueve en un todoterreno a todas partes a pesar de tener semejante cochazo.
Creo que el Gran Torino es la presencia de una época pasada en la presente. Un legado de hace muchos años que todavía hoy puede considerarse una posesión envidiable. Quizá pueda ser definido como la excusa que desencadena la sucesión de acontecimientos, el elemento omitible más importante de todos.
Concluyendo... consiste en una excelente película con una magistral dirección y actuación de Clint Eastwood- lo cierto es que los otros papeles no destacan por su brillantez tanto como por el estricto y buen cumplimiento de sus funciones- que trata sobre la realidad compleja de quienes viven dentro de los prejuicios de la experiencia y la evidencia de un Estados Unidos dividido y peligroso que hace difícil la educación moral de quienes la necesitan. Un infierno para muchos, doloroso para otros, complicado para quienes buscan su sitio. Pero justo, al fin y al cabo.
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