Bienvenidos a Pandora. La película gira en torno a esta luna del planeta Polifemo mitad selva amazónica, mitad paraíso espiritual donde los humanos llegan en el futuro. Las relaciones con la población indígena humanoide na´vi se ven condicionadas por el deseo de adquirir un material que aporta energía llamado unobtanium- de inobtenible- y por tanto van desde la "amistosa" investigación científica a la beligerante coacción a que se retiren de su tierra natal. Para llevar a cabo las investigaciones, los seres humanos se introducen en unas réplicas de los alienígenas y con el tiempo, el vínculo que se establece con el avatar supera la unión electrónica, muy parecida a la de un simulador.La cercanía que siente el público hacia Pandora tiene tan buen efecto a causa de que es, ni más ni menos, que la proyección del ideal natural que se adquiere desde la perspectiva concienciada de un ecologista o un estudioso y amante del medio ambiente en la Tierra. La integración del humanoide con la naturaleza recuerda a que llevan a cabo los aborígenes del Amazonas y de otras tantas partes del globo. Cuando se habla de una especie de madre que todo lo une, a uno le viene a la cabeza la madre naturaleza de los indios americanos. El hombre cuando llega a Pandora no ve útil esa conexión porque la ha perdido, pero en su fuero interno, su ser sigue fiel al legado que ha dejado impreso nuestro ecosistema en nuestra memoria. Jake Sully llega a sentirlo, así como los otros científicos. La ceguera se produce por la necesidad de un mineral corriente y moliente que permitiría perpetuar, o alargar un poco más, nuestra forma de vida; o la ceguera de un veterano militar que no se va a dejar derrotar.

UNA GUERRA DE IRAQ A LA VISTA
No podría ser más clara la referencia a tantos y tantos conflictos que han sembrado la historia. El fin justifica los medios tanto en la realidad como en el cine, por lo que Cameron se sirve de una temática excesivamente privisible y manida basada en la maldad de los malos y la gran bondad que alcanzan los seres que se paran a pensar durante un segundo en lo que están haciendo. El contenido revolucionario se basa en la premisa de que lo justo se termina imponiendo a toda lógica; un argumento que no habla a favor del mantenimiento de muchas situaciones políticas y sociales, pero a las que tampoco pone ninguna solución más allá del mantenimiento de los lazos que parece que unen a todos los seres vivos de Pandora.
UNA HISTORIA DE AVENTURAS EN 3-D
Cuando uno sale de ver Avatar, uno se da cuenta de que algo ha cambiado. Eso es cierto. Se ha alcanzado desde Hollywood una respuesta a la crisis del cine a través de un paso más en la innovación técnica: el 3-D. Salí del cine con la impresión de que la película me había gustado, puesto que distraía con el suspense y narcotizaba con la riqueza del habitat en el discurría: el tiempo se pasa muy rápido viendo una película de aventuras llevada a cabo tan metódicamente- es decir, sin fallos en el guión, la interpretación o el montaje-, pero lo que había ido todo el mundo a ver eran las tres dimensiones.

Cameron se ha erigido una vez más como el dueño y señor de las claves del espectáculo fácil a la par que elegante con el 3-D de Avatar, sin lugar a dudas, pero ¿por qué va a ser un referente para el futuro filmográfico? Porque es la película que más dinero ha recaudado en toda la historia del cine, claro está. Sin embargo, me atrevería a decir que ni creo, ni espero que vaya a ser una apuesta a largo plazo- al menos de forma generalizada-. Está claro que la gente, donde me incluyo, prefiere que le den algo especial a cambio de ir al cine- y de pagar lo mucho que vale-, pero el 3-D es tan sólo una novedad más que impacta precisamente por lo que tiene de relativamente inédito y novedoso. Tengo confianza en esta idea puesto que soy de los que, como Javier Ocaña, opina que si éstos son los derroteros que va a seguir el cine a partir de ahora, que pare el tren, que yo me bajo. El espectáculo está bien, pero dosificado en sus dosis saludables.
TÍTULO: Avatar
DIRECTOR: James Cameron
GUIÓN: James Cameron, Jon Landau, Rae Sanchini
REPARTO: Sam Worthington, Zoe Saldaña, Sigourney Weaver, Stephen Lang y Michelle Rodríguez
MÚSICA: James Horner
PAÍS DE PROCEDENCIA: EEUU
DURACIÓN: 162 min.






